Mi trabajo es el fruto de la necesidad de entender y exteriorizar la experiencia personal de la maternidad y de los ciclos de vida. El proceso de gestación, y el ejercicio posterior de la crianza, me activaron un interés en materializar lo que se me mostraba como un lenguaje y una forma de plantarme ante mi propia vitalidad transformada por otro ser. La consecuencia de esa búsqueda se cristalizó en las posibilidades terapéuticas, constructivas y visuales del papel cuando es sometido al doblez y a la repetición rítmica. De esta manera, mi obra comprende diversas series de composiciones que exploran la simetría, la escala cromática, el espacio y la forma.
El sentido de la conjugación de esos factores en la superficie es la evocación sensible del cuidado maternal, de la relación que se teje, se confecciona y se prolonga en el tiempo. Lo que traslado a mis obras es el universo de sensaciones despertadas por la profundidad del vínculo, y que sólo son entendibles en la gestualidad y la experiencia del movimiento, la textura y la calma. En el proceso mediante el cuál el organismo libera oxitocina, la hormona estimulante de la creación de relaciones, he encontrado una metáfora del objetivo de mi trabajo ante la presencia del espectador. En ese sentido, me interesa la forma en que mi obra pueda transmitir la multiplicidad expresiva de la gestación, como símbolo de la fuerza de la vida y de la experiencia de sentirse conectado y habitado por alguien más.